Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 19 marzo 2024.

Voluntarios que suplantan a bomberos: el fracaso de un modelo que no tiene razón de ser

    Atendiendo la rigurosa actualidad, las emergencias deben estar alineadas con los riesgos y situaciones que se plantean resolver además de con el conjunto de leyes estatales y autonómicas. Sin embargo, en algunos territorios de este país se sigue persistiendo en un modelo que suplanta a bomberos y con el que hay que acabar.

    22/03/2017.
    Manifestación de bomberos en Tenerife

    Manifestación de bomberos en Tenerife

    Esta vez nos vamos a ir a la isla de Tenerife, con casi un millón de habitantes de derecho pero un territorio que soporta una alta tasa turística, en torno a los 4,5 millones de turistas por año. Además un territorio insular que le confiere otra singularidad a la hora de recibir ayuda, lo que hace que todo lo que llegue de apoyo exterior lo haga de manera tardía y con muchos problemas de logística.

    Esta isla cuenta con un consorcio de Bomberos para dar prestación a toda esta población de derecho y turistas que les visitan, pero si ahondamos en cifras, la realidad actual “asusta”.

    Existen solo cinco parques de Bomberos profesionales que dan cobertura con tan solo 190 efectivos. Teniendo en cuenta la población de derecho y las pernoctaciones de extranjeros, obtenemos la escalofriante cifra de que por cada bombero se atiende a una media de 10.500 personas. Una auténtica barbaridad en la que el político de las isla ha sido cómplice al seguir manteniendo un modelo sustentado con la figura del “falso voluntario” que suplanta a bomberos, incluso en la primera intervención. Este sistema usado en Tenerife ha generado que en la actualidad los Bomberos estén en huelga desde hace unos meses, y es que no solo no se revierte la situación de la usurpación de funciones, sino que se sigue promoviendo dado que el gobierno insular de la isla en el cabildo pretende abrir más parques con voluntarios y, lo peor, sigue sin cubrir zonas de alta densidad poblacional que no cuentan con parques de bomberos profesionales (concretamente la zona sur, que además es la que más carga turística e industrial soporta).

    En Tenerife se ha generado un modelo en el que el “falso voluntario” cuenta con vehículos de bomberos mejores que los propios profesionales, en el que se les dota de ropa que les identifica como “Bomberos” y, lo peor, se les usa mediante protocolos oficiales como primeros intervinientes en las actuaciones, saltándose todas las leyes estatales en este sentido. Concretamente las cifras de Tenerife son abrumadoras y dejan clara la forma en la que no se deben hacer las cosas. Frente a los 190 bomberos profesionales repartidos en cinco parques, hay ocho parques de “Falso Voluntario” con al menos 200 integrantes conformados en asociaciones de voluntarios. Lo más sangrante es que se sustentan con dinero público derivado del contribuyente que abona sus impuestos para contar con servicios profesionales de calidad y lo que se consigue es engañarle con una imagen de falsa respuesta profesional. En ocasiones se ha detectado presunto cobro de salarios camuflados a modo de dietas, evidentemente con el presunto beneplácito de la Administración.

    Esta situación no es nueva. Esto se extiende por muchas partes del país: Andalucía, Cantabria, Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura etc. Son otros ejemplos de un sistema con el que hay que acabar, al menos con el concepto de suplantación y usurpación de profesionales.

    Evidentemente CCOO, en su coordinación estatal en Bomberos, no está en contra de la altruista función de los voluntarios en general siempre que cumplan sus tareas. Estamos en contra de cómo los políticos constantemente tergiversan o interpretan leyes a su manera con el fin de generar modelos esperpénticos para prestar el servicio de carácter público obligatorio en relación a la Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento.

    El voluntariado tiene su lugar y ya viene claramente dispuesto en las leyes estatales y en muchos casos autonómicas. Algunos ejemplos son la ley que regula el Sistema Nacional de Protección Civil, o la propia ley del Voluntariado, ambas actualizadas en el año 2015. Estas normas lo dejan claro: el voluntariado no puede suplantar labores de profesionales ni usurparlas. Están para actuar bajo parámetros de colaboración expresa y siempre bajo el mando de los profesionales.

    Evidentemente de sobra está decir que por el hecho de ser voluntarios, por lo que no cuentan con una relación laboral, no se les aplica la Ley de Prevención y Riesgos Laborales, lo que hace más sangrante el asunto, ya que mientras a los bomberos se nos exige pasar pruebas rigurosas, entrenamientos de por vida, pruebas médicas, el establecimiento de una planificación de la actividad preventiva, todo derivado del riesgo que genera nuestra actuación y la responsabilidad que tenemos ante ella, al “Falso Voluntario” se le deja campar a sus anchas exponiéndoles a graves riesgos, como incendios en viviendas, accidentes de tráfico, rescates, intervenciones de carácter industrial, etc., todo como primera respuesta de intervención, con el grave riesgo que ello conlleva para el propio voluntario, que no está amparado por una ley que es para quienes cuentan con una relación laboral y, además, ponen en riesgo a la propia ciudadanía, puesto que a estos voluntarios no se les aplica ninguna planificación de la actividad preventiva y su actuación puede derivar en accidentes al propio ciudadano.

    En definitiva, en la Coordinación Estatal de CCOO en Bomberos entendemos que ya es hora de abrir el debate del “Falso Voluntario” y afrontarlo con nuestra acción sindical con las leyes estatales que dejan bien claro dónde deben estar y cuáles son sus funciones. Evidentemente no son las que tienen en muchos territorios en la actualidad. El voluntariado no debe ser usado en ningún caso como respuesta en un sistema de emergencias reactivo, el caso de los SPEIS, ni debe suplantar a profesionales ni contabilizar en plantillas.

    Tampoco debe ser identificado como los profesionales con la intención de aparentar o confundir a la ciudadanía, al igual que no pueden ser formados en materias sobre las que jamás podrán actuar debido a que no se les puede exponer a este riesgos ya que no se les aplica la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, como es el caso de incendios estructurales, incendios industriales, rescates, etc. El voluntario debe estar identificado como personal voluntario, debe estar formado para las tareas que su actividad le permite llegar y bajo ningún concepto puede contemplarse para complementar plantillas de profesionales o en algunos casos, incluso, suplantarlo.